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A veces, te quiero.

A veces, te quiero tanto.

A veces, te quiero tanto que duele.

A veces, te quiero tanto que te odio.

A veces, te quiero tanto que me olvido de quererte.


Pero



A veces, te quiero tanto que me olvido de quererme.

Point Blank

Tengo ganas de escribirte todo y no escribir nada.
De decirte todo y decirte nada.
Empezar con un Hola o con un Te odio.
De explicarte todo el daño que me has hecho.
De simplemente empezar de cero.
De presentar mis quejas.
De presentarme.
De recordarlo todo.
De olvidarlo todo.
Tengo ganas de contarte
Tengo ganas de callarme
Tengo ganas de escribirte y hay muchas probabilidades de que caiga en este viejo habito.
¿Por qué?
Porque lo fuiste todo.
Tengo todo y no tengo nada.
Yuxtaposiciones.

Pero en definitiva, tengo ganas de escribirte. 

Cataclismo

Estaba todo escrito, listo para ser entregado, acerco el mechero y prendió fuego a todos sus sentimientos, hasta reducirlos a cenizas.

Dolía.


Pero era más fácil dejarlo todo arder, que esperar demasiado de un alma que no tenía nada que ofrecer.

Heilig

No todo el mundo posee una mente maravillosa. Una mente que fascina. No todos tiene la capacidad de ver las cosas fuera de esa caja de seguridad, pero tú me has demostrado que tienes capacidad de ver el mundo con otros ojos.

Y yo quiero ver el mundo desde esa perspectiva.

Me tienes maravillada, como el tango en las calles de Bueno Aires,  la Torre Eiffel en París o la Puerta de Alcalá en Madrid.

Tienes una capacidad asombrosa de hacerme olvidar.

Me olvido de la existencia de los problemas banales que ocupan mi mente. Haces que olvide que hay límites y que vivimos con los pies en el suelo. Haces que tenga ganas de dejar de mirar la pantalla para observar el mundo, que deje de oír para escuchar.

Tengo ganas de gritar que tienes una mente maravillosa, una mente que fascina, una personalidad que encandila, la simplicidad y la complexión toda en una. 

Maravilloso.


Corre Corre

Duele. Quiebra. Rompe.


Es fácil romperse, como ser humano, como "cosa" más inteligente sobre la faz de la tierra somos muy frágiles. Somos tan frágiles que no nos damos cuenta.
No entendemos que para ser fuertes necesitamos confiar, confiar en la gente, confiar en nosotros, confiar en el mundo. Pero no. Nadie entiende esto. Tu les das la mano y ellos agarran el brazo. Ellos tiran la piedra y luego esconden el brazo.
Como personas, la mayoría, intentamos dar lo mejor de nosotros, intentamos que los demás sepan que tienen alguien en quien confiar, que tienen donde apoyarse, que pueden pedir sin problemas, lo único que esperamos los que damos es que acepten. Que confíen. La mayoría no lo hará.

¿Por qué? me pregunto yo. La base de toda relación, sea del tipo que sea, es la confianza, es poder sentirte en casa cuando hablas con alguien, es estar seguro de que tus secretos están a salvo contigo, que no vas a traicionarles, que tu les vas a ayudar, que necesitas saber que les ocurre para poder seguir a su lado. Cuando esto no ocurre, tienes un problema. 
Te conviertes en la policía, en el estado, en su madre, en cualquier persona y duele

Aún así tu juegas el corre corre. Corres detrás de la desconfianza, corres detrás de la incertidumbre, de las preguntas, de el temor. Corres y corres, a veces lo alcanzas a veces llegas demasiado tarde. Poco a poco el juego ya no tiene gracia, ya no es divertido, ya no te hace sentir bien. Te afecta más a ti que a la desconfianza. Crea en ti un resentimiento que algún día explotará, algún día te hará encenderte en llamas, aullar el dolor que te han provocado.

Lo único que pido es que confíes en mi.
Hazlo si me amas por que el corre corre ya cansa.

Montañas Rusas

Es curioso. Todo, aparentemente va bien, nada es excesivamente malo y hay momentos muy buenos. Entonces, ¿por qué, de repente, así, de la nada, comienzo a llorar? A llorar un océano, a llorar con dolor, sin entender por que lloro ni llegar a comprenderlo.
Es curioso. Cuando las cosas van , teóricamente, bien es cuando más necesitas a una persona a tu lado, una persona que esté apoyándote en todas tus estúpidas decisiones, aun que ella no te comprenda, no le guste o quizá no lo llegue a aceptar, tu lo que necesitas es a alguien que esté ahí día tras día haciéndote de colchón por si te caes.

Y es maravilloso tenerla ahí. No tengo palabras que puedan describir como me siento por tenerla a mi lado, por saber que nada ni nadie nos va a estropear esto. Es un sensación única e indescriptible. Es una sensación de que te agarra desde el dedito pequeño del pie y sube por cada parte de tu cuerpo, hasta la más pequeña. Es una felicidad que revolotea en tu estomago constantemente y es una sensación de embriaguez muy dulce.

Pero aún teniendo ese colchón de emergencia, las lágrimas que caen por tu rostro no tienen explicación, o quizá si y el miedo que tienes a descubrirlas es mayor de la simple curiosidad de saber por que lloras con esa angustia y tristeza. El miedo de descubrir que estas sola, triste y arruinada, el miedo a descubrir que has perdido una oportunidad de ser tu misma, de intentar valerte por ti misma, el miedo a luchar por lo que quieres o el miedo a enfrentarte a tu mayor problema: TÚ. Y es cierto, tú eres tú mayor problema, tus miedos, tus alegrías, tus errores(sean o no colosales), todo lo que gira a tu al rededor es parte de ti y tú eres tu mayor temor. Por lo tanto, no sabría decir que las lágrimas que he derramado esta noche no tienen explicación o simplemente tengo miedo de entender por que caen.

La vida es como una montaña rusa. A veces estás en el pico más alto, con la adrenalina por las nubes, el estomago y el corazón en la boca y la felicidad por el aire y a veces estás en un punto bajo, donde estás preparándote para subir y volver a bajar, para subir y volver a bajar. La vida es bella y hay que saber vivirla aunque esto suponga llorar sin saber por que o reír hasta sufrir dolor de tripa.

Pero siempre, siempre hay que contar con tu colchón de seguridad. Tienes que poder caerte y tener algo más o menos blando donde caer y dejar que te acune hasta que puedas volver a levantarte. Es complicado dejar que los demás te cuiden, y más si estás acostumbrado a cuidar de ti mismo, pero, teniendo en cuenta las miles de experiencias que vamos a vivir, en muchos casos está bien dejar que sepan quien eres.

Esto va dedicado a una persona muy especial para mi.
Para mi colchón especial-


Eres mi oportunidad

¿Como no te voy a perdonar? No hay nada que perdonar, ni un solo momento desde que te conozco en el que diga: Tengo que perdonarla por que tú ahora mismo eres el pilar principal en mi vida, eres aquella persona que sostiene mi cordura(O lo poco que queda de ella), eres tú quien me hace sonreír, llorar de felicidad o me aguanta en mis días más hostiles, eres tu de la que me enamoré hasta el punto de sentir que solo existe una mujer sobre la faz de la tierra, una persona que pueda robarme el corazón y sepa tratar este corazón con coraza, este corazón complicado y arduo. 
Eres tú la que consigue que pase lo que pase sonría aunque sea solo un poco, contigo a mi lado siempre estoy de buen humor, siempre siento que me va a estallar el pecho de alegría, que el tiempo que paso a tu lado se consume con rapidez. 

Soy una persona complicada, una persona fugaz y breve, soy una persona con mucha carisma y con poca paciencia y ¡¿tú!? TÚ eres todo lo que yo necesito, eres todo lo que quisiera ser, ya te lo dije ayer, quiero todo lo que tienes tu y eres el Ying de mi Yang. No se como explicártelo, no se como describir esta conexión que siento cuando te miro, eres como la batería que le falta al móvil o el mechero para el cigarro. Según Neruda eres el arco que tensa las flechas. Doy gracias a mi perseverancia, doy gracias por que haya conseguido que te fijes un poco en mi, te doy gracias a ti por haberte fijado en mi...Doy gracias especialmente por que estés a mi lado, por saber que eres aquello que quiero, necesito, deseo y espero ver cada mañana a mi lado para el resto de nuestra corta y efímera existencia. 

Se que a veces no somos la pareja perfecta, se que no opinamos en prácticamente nada igual, se que buscamos un avenir diferente pero yo espero que podamos sobreponer por encima de todo nuestros sentimientos, que lleguemos a un acuerdo y a una conclusión, que me deje amarte siempre.

Bueno, abreviando que soy muy pesada, gracias por este tiempo que me has dedicado, por estas sonrisas que me has sacado, por las carcajadas, por el amor, la pasión, los enfados estúpidos, por los detalles, por las miles de cosas que hemos vivido juntas.