Su ropa olía como olía ella, su perfume se había quedado incrustado en su ropa, todo le daba vueltas y solo podía pensar en su nombre, solo tenía ganas de verla, solo quería haber podido parar el tiempo. Haber dejado la fecha de aquel día, de haber podido seguir soñando con ella entre sus brazos.
Pero no. Después de todo las máquinas del tiempo no existen, no funcionan o son defectuosas y claramente tienen que volver a la realidad, tienen que saber comportarse por que ya no estaban en aquella casa fría con tantos recuerdos.
La realidad era cruel para ambas, la discreción iba a poder con ellas, el dolor de la distancia, la separación. Esperaban que no todo se derrumbas, que el tiempo hiciese de ellas algo fuerte, algo fructífero, algo divertido y real.
Ella.
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