Ya no quiero saberlo. Ahora me da igual.
Tengo muy claro lo que quiero, se que anhelo, se que es banal e irrelevante, como un corte a ras de la superficie. Nadie sabe lo que ocurre, pero todos le damos vueltas pensando en como hallar una solución a esta Efímera Satisfacción.
Quiero sentirte, quiero besarte, quiero desnudarte, quiero oírte, deseo poder rodearte algún día con mis brazos sintiendo que lo que tiene que ser, fue. Y no hay sensación más perecedera que la felicidad que brota de mi pecho, de mi estomago, de mi alma cuando te veo sonreír. Por que eres mi mayor placer, mi mayor satisfacción.
Eres tu, con tu sonrisa, con tu mirada, con tu risa que hace que me estremezca poco a poco, sintiendo cada extremidad hasta tal punto en el que fluye una sonrisa de mi boca, seguida de una carcajada y una mirada llena de deseo.
Ella siempre tan perfecta, con su sonrisa y su apariencia.
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