Seguidores

Efímera satisfacción

Puede que crea que ya no hay más que hacer, que solo son horas y pensamientos desperdiciados. Quizá no me crees cuando te suelto alguna de las mías, o quizá no te lo tomes en serio.
Ya no quiero saberlo. Ahora me da igual.

Tengo muy claro lo que quiero, se que anhelo, se que es banal e irrelevante, como un corte a ras de la superficie. Nadie sabe lo que ocurre, pero todos le damos vueltas pensando en como hallar una solución a esta Efímera Satisfacción.

Quiero sentirte, quiero besarte, quiero desnudarte, quiero oírte, deseo poder rodearte algún día con mis brazos sintiendo que lo que tiene que ser, fue. Y no hay sensación más perecedera que la felicidad que brota de mi pecho, de mi estomago, de mi alma cuando te veo sonreír. Por que eres mi mayor placer, mi mayor satisfacción.
Eres tu, con tu sonrisa, con tu mirada, con tu risa que hace que me estremezca poco a poco, sintiendo cada extremidad hasta tal punto en el que fluye una sonrisa de mi boca, seguida de una carcajada y una mirada llena de deseo.
Ella siempre tan perfecta, con su sonrisa y su apariencia.

Necesito tu sonrisa

 Las luces se apagan. La tensión se recrea. Tus manos acarician suavemente mi costado, pasan por mi estomago, suben y se quedan ahí. Es tu indecisión, es mi placer.
Una sonrisa, una mirada y ya son dos sonrisas. Bajo las sábanas nuestras manos se entrelazan, se funden como si fuesen una. Un dulce escalofrío recorre mi cuerpo, mi sonrisa se expande, la noto tirante en mi rostro, dulce y cálido.
Los horas corren aunque no nos damos cuenta, no entendemos de tiempo esta noche, no sentimos nada más que su indecisión, mi miedo, el nudo en el estomago. No soy capaz de recordar cuanto tiempo paso, cuantas caricias recorrieron nuestros cuerpos, ni la de miradas que se cruzaron con miedo, vergüenza y disimulo.

Me acero a ti. Tiemblas, el pulso se te acelera a la vez que el mio, evitas mi mirada, como si no supieses que te miro, que miro atentamente esos labios sellados, esos labios prohibidos que me tientan ácidamente mientras tu mano sigue recorriendo mi cuerpo, sin ser consciente de la de sensaciones que provocas en mi.

El fin de la noche no se ve, no lo notamos, no quiero ni verlo, siento que tu tampoco quieres irte. Estas pegada a mi cuerpo mientras te ríes y te dejas observar por mi ojos que te desnudan lentamente. Pero al fin y al cabo te tienes que ir. Recoges tus cosas y sales por la puerta.
Respiro. Cierro los ojos y me duermo.